jueves, 1 de septiembre de 2011

23/12/ 2012 3:25 a.m. Carlos

"¿Has tenido que matar a alguien que amas? No claro que no..."

¿ Quien lo pensaria? Hace un par de noches me encontraba con mi mejor amigo, su esposa y su mejor amiga divirtiéndonos por la ciudad...
 Ahora me encuentro solo, a orillas de la ciudad, mareado, con una pequeña herida en la cabeza, confundido y sobretodo con miedo, mucho miedo.

Aun me encuentro en el asiento del copiloto tratando de espabilarme rápido, la ciudad estaba en ruinas, hay unos cadáveres desgarrados hasta los huesos tirados frente a mi, pero no vengo a ver arte moderno, debo ir por Nubia. Primero necesito con que defenderme, el maldito de santiago me debe de haber dejado algo para defenderme por aqui o... al menos en la cajuela. Toque la puerta para levantarme, esta rasgada, como si algo la hubiese aruñado, pero ninguna de esas cosas que nos atacaron antes tenia garras. Sin darle mas vueltas al asunto abro la cajuela y encuentro una palanca de acero, con esto me sera suficiente. Entonces una especie de gruñido me aviso de que no me encontraba solo, rapidamente busco la fuente de tal gruñido de pronto veo una silueta se asoma por la esquina de la calle, uno de ellos, un solo golpe me es suficiente, peo veo que no esta solo mas de ellos se acercan, estan en grupo como en el casino. ¿Acaso estas cosas viajan en grupo? no tiene sentido, tendrian que tener algun tipo de inteligencia. Es mejor que los evite esto se pone mas peligroso, pero debo apresurarme se están acercando mas cada vez y me pueden cerrar el camino.

Corri hacia el lado opuesto, no puedo creer los montones de cadáveres que yacen en las calles, unos se reincorporan lentamente, pero los que mas me preocupan, son los que se me siguen como si fuesen niños gorditos y yo un camion de helados que no piensa parar, je je malos y negros chistes, es bueno saber que sigo siendo yo. En mi camino logro ver una casa de dos pisos con la puerta abierta, los zombies estan algunas cuadras detras de mi,gracias al dios que sea por su lentitud. Entro en la casa, me siento contra la puerta para descansar, tengo buena condicion pero tampoco soy una maquina. Todo esta obscuro, el interruptor no funciona, entre todo este desastre creo las lineas se deben de haber caido.  Un ruido me hiso levantarme, es una especie de llanto, se ve una luz al final del pasillo tenue como de una vela que se cuela por debajo de una puerta, camino lentamente cuidando me con mis dos armas, la barra y mi puño derecho. Siento que esta es la parte de la pelicula cuando la gente comienza a gritar, !No vayas estupido!, pero que puedo hacer hasta donde se los zombies no lloran asi que debe haber alguien vivo. Empujo la puerta lentamente de la habitacion y veo a una mujer llorando con un una manta roja envolviendo algo en sus manos. -Señora ¿Se encuentra bien?- le pregunto mientras trato de ver que es lo que tiene en sus manos pero lo estruja -¿Alguna vez has perdido a alguien amado?- me pregunta sin siquiera voltear a verme, ¿Que? me quedo helado,no puedo responder ¿seria ese bulto su bebe?   -¿Tienes idea de lo que se siente llegar a tu casa y ver a tu esposo comiendose a tu hijo?¿Sabes que se siente tener que darle un tiro a tu marido por que intento comerte?... no, claro que no lo sabes, mi mundo, todo este mundo a llegado a su fin y sin mi pequeño, no tengo razon alguna para seguir aqui.- empezo a sollosar, oia su corazon roto,  me quede estupefacto ante tal escena. La mujer vira la cabeza fijando su mirada en mi, sus lagrimas rodaban por sus mejillas, de repente una tenue sonrisa y me dijo -Si aun tienes algo por lo que vivir, entoncees aferrate a ello, protegelo y nunca lo dejes ir, hagas lo que hagas no pierdas tu razon de ser.- Pone el cañon de la pistola en su cien -Ojala la bala borre mis recuerdos.- no borro la mueca de su cara, -¡NO!- Grite, no escuche la bala, solo vi como su cabeza reboto en su hombro y luego contra el suelo,  la pared se tiñe de rojo, murió pero no soltó al infante. Sus palabras retumbaron en mi cabeza, me hace pensar si en realidad tengo algo porque vivir.

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